Liceo Municipal: alertan que cae la matrícula por la improvisación del Ejecutivo

  • Liceo Municipal: alertan que cae la matrícula por la improvisación del Ejecutivo

    Mientras el edificio del Molino Marconetti sigue sin funcionar por un vandalismo sobre las instalaciones eléctricas que tuvo lugar en julio, los alumnos y docentes de Música, Danza, Diseño y Artes Visuales alternan clases virtuales y presenciales en diferentes espacios. Los cambios permanentes provocaron tensión entre la comunidad educativa y las autoridades, y preocupa la deserción escolar que se está dando. “Las obras que, según los funcionarios, iban a estar terminadas en agosto para que el Liceo vuelva a funcionar todavía no comenzaron”, alertaron Carlos Pereira, Chuchi Molina e Inés Larriera, concejales de Juntos por el Cambio, que reclamaron al Ejecutivo celeridad y planificación. 

    El Concejo Municipal aprobó en la última sesión un proyecto Carlos Pereira, Chuchi Molina e Inés Larriera (Juntos por el Cambio) para que el Ejecutivo dé precisiones sobre los plazos de reparación de la instalación eléctrica que debe llevarse adelante en el Molino Marconetti para que pueda volver a funcionar allí el Liceo Municipal y garantizar el normal dictado de clase: “El Liceo está atravesando una situación penosa, con alumnos y docentes boyando por diferentes edificios, y con la gravedad que la falta de planificación oficial y consensuada con la comunidad educativa está provocando la deserción de estudiantes”, alertaron.
    Carlos Pereira recordó en el recinto que “un hecho de vandalismo que tuvo lugar el 15 de julio destruyó totalmente las instalaciones eléctricas del edificio del Molino Marconetti”, lo que impidió el desarrollo normal de las actividades educativas que allí llevan a cabo las escuelas de Danzas, Diseño y Artes Visuales, Expresión Estética Infantil y Música.
    Si bien los funcionarios municipales aseguraron que durante agosto se realizaría la obra para que las actividades vuelvan a la normalidad, “al día de hoy los trabajos ni siquiera han comenzado, lo que hace prever que este año no se retomarán las clases en el Molino Marconetti”, advirtió Pereira, que reclamó mayor celeridad al Ejecutivo para resolver el tema.

     

    Inacción oficial y deserción escolar

    Al no poder darse clases en el Molino Marconetti, las actividades fueron trasladas a la Estación Belgrano, sede de la escuela de Idiomas. “Para poder afrontar la situación, y que las instalaciones de la Escuela de Idiomas que funciona en la Estación Belgrano pueda albergar las clases de las otras escuelas, se resolvió pasar varias actividades a la virtualidad; todas las escuelas del Liceo Municipal adoptaron la modalidad mixta entre presencial y virtual para optimizar el uso del nuevo espacio asignado”, contó el concejal de JxC.
    Durante septiembre, y a raíz de eventos que ya estaban programados en la Belgrano, se produjo un nuevo desplazamiento de las actividades: la escuela de Música comenzó a funcionar en cinco locaciones diferentes; la escuela de Diseño y Artes Visuales en dos ámbitos separados; la de Danzas en otros dos inmuebles, y la de Expresión Estética Infantil en otro espacio separado.
    No terminó ahí: en octubre el Ejecutivo dispuso nuevos desplazamientos de las escuelas, lo que provocó malestar en la comunidad educativa y generó la intervención del gremio.
    En ese sentido, Carlos Pereira advirtió que “lo que más nos preocupa es lo que manifiestan docentes, estudiantes y el propio gremio ASOEM: a cada mudanza le corresponde un desaliento de alumnas y alumnos, y una caída de la matrícula. El Municipio debe tener un plan claro que dé certeza a estudiantes y docentes de dónde y cómo será el dictado de clases; plan que debe ser consensuado con los directamente involucrados”, remarcó.

     

    Inseguridad

    Carlos Pereira aprovechó también para recordar que el hecho fue el resultado de una seria falencia del Municipio: en el lugar, en horario nocturno, no se encontraba apostado ningún personal municipal. “La Guardia de Seguridad Institucional fue creada hace una década y media con este fin: el de vigilar y custodiar los bienes e inmuebles municipales, pero ningún miembro de la misma se encontraba apostado en el Molino. Tampoco existía en funcionamiento ningún sistema de alarma, pese a que el propio Municipio cuenta con un Centro de Monitoreo y que hoy existe la tecnología para poder monitorear en vivo todas esas instalaciones”, lamentó.