Monóxido de carbono: recomendaciones a tener en cuenta
Uno de los riesgos, ante la llegada de las temperaturas invernales y la consecuente calefacción de los lugares cerrados, es la intoxicación con monóxido de carbono. En tal sentido, desde la Municipalidad se recuerda que hay que estar alerta con el uso de estufas y braseros para calentar los ambientes.
El director de Salud, César Pauloni, destacó algunos aspectos a tener en cuenta: “Año a año, cuando llegan las bajas temperaturas desde la Municipalidad promocionamos fuertemente cuáles son los cuidados para evitar, en este caso, intoxicaciones por monóxido de carbono”.
En ese sentido, algunas de las indicaciones a tener en cuenta son: la presencia de marcas negras delante de las válvulas de gas, calderas, estufas o chimeneas, humo en una habitación, llamas amarillas en lugar de azules provenientes de aparatos de gas, como los fogones de la cocina.
“Es importante estar atentos frente a los artefactos de combustión y la recomendación general es que sean evaluados una vez al año por un gasista matriculado”, sugirió Pauloni, y añadió que de esa manera “nos aseguramos que el funcionamiento sea correcto y que el desprendimiento del monóxido de carbono al aire ambiente que respiramos, sea casi nulo”.
Asimismo, el funcionario municipal destacó la importancia de la ventilación cruzada: “Anexado a las bajas temperaturas estamos atravesando la pandemia por el Covid-19, por lo que este año la recomendación es doble: tener la ventilación cruzada de los espacios y de los ambientes hace que el aire genere un flujo que evite la concentración elevada de monóxido y ayude a disminuir el potencial contagio del Covid”.
También se recomienda verificar los conductos o rejillas de ventilación para asegurar la circulación y renovación del aire; evitar usar las hornallas de la cocina y el horno como forma de calefacción.
No solo gas
Cabe recordar que el monóxido de carbono se produce por la mala combustión del gas natural, la leña, el carbón o la nafta, y no tiene olor, ni color, tampoco irrita. Las concentraciones altas provocan dolor de cabeza, náuseas y vómitos, mareos, debilidad general y pérdida del conocimiento. Por último, es recomendable estar muy atentos a los pequeños para evitar accidentes y quemaduras.
Los aparatos y electrodomésticos mal instalados o con indebido mantenimiento, como cocinas de gas, calentadores y estufas, son fuentes de monóxido de carbono que utilizamos a diario. Además de motores de vehículos, especialmente peligrosos cuando están encendidos en las cocheras o lugares cerrados. O cualquier cosa que queme carbón o leña, como chimeneas o parrillas.
Síntomas de intoxicación
En las primeras fases de la intoxicación podemos observar: cefaleas, siendo común el sentir las palpitaciones en las sienes; náuseas y vómitos; olor extraño en el aliento.
En tanto, si la exposición al monóxido de carbono se prolonga en el tiempo, se siente debilidad e incluso parálisis de los miembros inferiores. Somnolencia, con frecuencia la víctima bosteza mucho como reflejo del cuerpo para suplir la falta de oxígeno. Pérdida de visión y audición (pitidos y zumbidos). Dificultad al respirar, como si faltase el aliento.
En las últimas fases de la intoxicación: pérdida de los reflejos y la conciencia. Puede haber convulsiones, pupilas dilatadas. Respiración muy debilitada. La piel puede adquirir una tonalidad azul, especialmente se observa en labios y uñas.
Cómo actuar
Ante la detección de algunos de los síntomas mencionados anteriormente se recomienda: abrir puertas y ventanas, ventilar rápidamente la habitación, salir del ambiente contaminado y concurrir al centro médico más cercano.
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