Decretar un feriado sin anticipación es una crueldad silenciosa

En las últimas horas el gobierno nacional tomó la decisión de decretar, con menos de veinticuatro horas de anticipación, un feriado nacional con motivo de las celebraciones por el triunfo de la selección argentina en el Mundial de football.

Sin ánimo de restar la importancia que los acontecimientos merecen, es necesario señalar que la implementación de un feriado espontáneo, dictado de la noche a la mañana, genera una serie de problemas gravísimos en diversas áreas de la sociedad.

Miles de jubilados que tardaron entre cuatro y seis meses para tener un turno médico, incluso para una operación, tendrán que ver cómo sus turnos se reprograman para dentro de otros cuatro u  seis meses más. Esto sin importar que tengan un dolor de cabeza o un diagnóstico de cáncer. 

A su vez, en cientos de centros y hogares se interrumpe el recambio del personal de atención. Se retiran quienes ya cumplieron su turno sin que ingresen quienes tienen que reemplazarlos, porque ya les corre el feriado. Al no haber tiempo de anticipación, los responsables de las instituciones no consiguen personal suficiente para cubrir todas las áreas. Y estamos hablando del personal que se encarga de dar cuidados a personas que en muchos casos están postradas y no pueden valerse por sus propios medios para alimentarse o asearse. 

Es imperioso entender que vivimos en una sociedad cuyos sistemas de asistencia y atención están colapsados. Cada interrupción imprevista en el funcionamiento de esos sistemas empeora la situación. No se trata de realizar una queja por el mal funcionamiento de un servicio. Si no de poner en evidencia la reiteración gratuita de una situación que provoca sufrimientos e incluso la muerte de muchas personas. Un diagnóstico tardío puede ser una sentencia de muerte. 

Todo esos dramas no se ven ni se escuchan. No salen en los medios, ni se suben a las redes sociales. Eso no los hace menos reales. 

Para colmo, el decreto que establece el feriado exceptúa del mismo al sistema financiero, es decir que las autoridades sí tuvieron en cuenta el funcionamiento de dicho sector, mas no el del sistema de salud. Los bancos son más importantes que los hospitales. 

Las autoridades tienen que entender las consecuencias de las decisiones que toman. Quienes gobiernan no pueden dejarse llevar por el entusiasmo del momento. Su deber es ver más allá y velar por el bienestar de la comunidad. ¿Tan difícil es entenderlo?