Red Hot Chili Peppers, imparables en la clausura de los Juegos Olímpicos

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    Este domingo les ha llegado el final a los Juegos Olímpicos 2024, que ha albergado París durante 17 días. La próxima ciudad olímpica será Los Ángeles, que recibirá el evento en 2028. Como cada cuatro años, el último día de celebración, la ciudad anfitriona cede el testigo a la próxima con una ceremonia, y en esta ocasión el traspaso de la bandera olímpica ha sido bastante peculiar, y, desde luego, muy estadounidense: el mismísimo Tom Cruise se descolgó desde lo alto del estadio, cogió la bandera, y se subió a una moto rumbo a Hollywood mientras sonaban de fondo Red Hot Chili Peppers. En ese momento la conexión pasó de la capital francesa a la ciudad de las estrellas donde, efectivamente, los Red Hot estaban tocando en directo desde un escenario en la playa.

    El tema elegido para un momento tan especial, ya que al fin y al cabo hay pocas cosas que representen tanto a esta ciudad como la banda de Kiedis, ha sido "Can’t Stop". Esta canción es uno de sus mayores hits, como ya demostró desde su lanzamiento en 2002 dentro del álbum 'By The Way': fue la séptima canción de la banda en convertirse en número uno en el Billboard Modern Rock Hit durando 3 semanas como número uno.

    Anthony Kiedis, vocalista de los Red Hot, ha dedicado unas palabras para la ciudad a la que llegó cuando tenía 11 años desde Míchigan. Tras la separación de sus padres, Kiedis se mudó con su padre, el actor Blackie Dammet. Allí vivió una vida que no correspondía a su edad, llena de excesos y malas influencias, pero también conoció en el instituto a sus compañeros de banda Flea (bajista) y Jack Irons (baterista), por lo que se siente profundamente conectado a Los Ángeles: “Los Ángeles siempre devuelve a la gente a casa pensando ‘quiero volver allí’, puede ser que te quedes, puede ser que no tengas que llevarte nada a casa porque este es tu nuevo hogar. Los Red Hot Chili Peppers añadimos nuestra esencia, nos gusta entrar en una habitación y hacer ruido y llevar todo lo que experimentamos en la vida a lo que hacemos y L.A. es definitivamente una de esas dimensiones.”